jueves, 17 de noviembre de 2011

BIOGRAFIA DE VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE

 

Víctor Raúl Haya de la Torre
Nació el 22 de febrero de 1895 en Trujillo (Perú). Hijo de Raúl Edmundo Haya y de Zoila Victoria De la Torre. En 1913 fue admitido a la Facultad de Letras de la Universidad de Trujillo. Se traslada a Lima para continuar sus estudios de jurisprudencia y ciencias políticas.
Es elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, viaja por el interior del país. Líder estudiantil enfrentado a la dictadura del presidente Augusto Bernardino Leguía (1908-1912; 1919-1930), se vio obligado a exiliarse en Panamá, Cuba y México, donde en 1924 fundó la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). En Perú defendió una política indoamericanista, antiimperialista y reformista; perdió las elecciones (1931), fue encarcelado (1932) y su partido ilegalizado (1936).
Inicialmente, Victor Raúl estaba sólo interesado en la educación del pueblo, y no quería hacer política, aún cuando era sobrino carnal del Vice-Presidente de Leguía, Agustín Haya. A este mismo tío le dijo una vez, antes de que su partido asumiera el Poder, "Está bien que caiga el civilismo, pero no creo mucho en los que vengan a suplantarlo."
Sin embargo, cuando la fábrica de tejidos "El Inca" se declara en huelga, entusiasmado por las reivindicaciones obreras en el mundo, Victor Raúl se vuelve un ferviente defensor de la causa obrera en el Perú, sobre todo de la jornada de ocho horas, la cual contribuye a lograr como miembro de la Federación de Estudiantes del Perú, involucrando a los estudiantes con los obreros y haciendo de representante de esta unión ante el gobierno de Leguía. Luego vendría la lucha por las reformas universitarias, que también logró, la exitosa Organización de las Universidades Populares González Prada, donde un grupo de universitarios daban instrucción nocturna gratuita a cientos de obreros, que llegaron a ser miles de fieles seguidores, y finalmente las huelgas y la lucha contra la utilización de la religión para legitimar el régimen totalitario, que pretendía consagrar la dictadura al Sagrado Corazón de Jesús. Todo lo que defendió, lo logró; sin perder su idealismo. Varias veces intentó Leguía ofrecerle trabajo y dinero por quedarse callado, y al no aceptar terminó ofreciéndole una pequeña fortuna, quince mil dólares de la época, más una pensión de cien libras mensuales si se iba del país voluntariamente. Pero su conciencia era incomprable. Esto le costó la prisión y el temprano destierro.Era el comienzo de una vida de lucha incansable.
Hasta los últimos días de su vida, Victor Raúl no olvidaría sus ideales juveniles, y las conversaciones con su padre repicaron siempre en su conciencia.Antes de partir a Lima, éste le había dicho: "Lo único que te recomiendo es que seas indesmayable en lo que te propones. Porque a este país le hacen falta hombres de voluntad." Victor Raúl nunca olvidó su propia respuesta, que asumió como un compromiso. "El Perú necesita una renovación desde sus raíces.", dijo entonces, como lo volvería a decir tantas veces. "Sigo creyendo que en la obra de la instrucción del pueblo está el secreto renovador... Ojalá haga yo algo en la vida. Pero ya lo sabes, papá, ¡desde las raíces!"
Es elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, viaja por el interior del país. Líder estudiantil enfrentado a la dictadura del presidente Augusto Bernardino Leguía (1908-1912; 1919-1930), se vio obligado a exiliarse en Panamá, Cuba y México, donde en 1924 fundó la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). En Perú defendió una política indoamericanista, antiimperialista y reformista; perdió las elecciones (1931), fue encarcelado (1932) y su partido ilegalizado (1936).
EL PARTIDO
En 1945, el movimiento aprista fundó el Partido del Pueblo y apoyó al candidato José Luis Bustamante, que ganó las elecciones presidenciales. Tras el golpe del general Manuel Arturo Odría (1948), se asiló en la embajada colombiana hasta 1954, en que pudo salir del país para exiliarse en México una vez más.En 1956 regresó a su país y fue elegido presidente en 1962, un golpe militar le impidió tomar posesión. Un año después, perdió las elecciones frente a Fernando Belaúnde Terry.En 1978 la junta militar convoca a elecciones para una Asamblea Constituyente. Haya de la Torre preside la asamblea e inicia un diálogo democrático con todos los sectores políticos.Autor de obras como Por la emancipación de América Latina (1927), ¿Adónde va Indoamérica? (1935) y El antiimperialismo y el APRA (1936). Firmó la nueva Carta Magna el 12 de Julio y falleció el 3 de agosto de 1979.
Su cuerpo fue conducido por una procesión a lo largo de 560 kilómetros de trayecto desde Lima hasta su Trujillo natal. Donde fueron sepultados sus restos en una tumba se lee " Aquí yace la luz".
Hasta los últimos días de su vida, Victor Raúl no olvidaría sus ideales juveniles, y las conversaciones con su padre repicaron siempre en su conciencia. Antes de partir a Lima, éste le había dicho: "Lo único que te recomiendo es que seas indesmayable en lo que te propones. Porque a este país le hacen falta hombres de voluntad." Victor Raúl nunca olvidó su propia respuesta, que asumió como un compromiso. "El Perú necesita una renovación desde sus raíces.", dijo entonces, como lo volvería a decir tantas veces. "Sigo creyendo que en la obra de la instrucción del pueblo está el secreto renovador... Ojalá haga yo algo en la vida. Pero ya lo sabes, papá, ¡desde las raíces!"
Hasta los últimos días de su vida, Victor Raúl no olvidaría sus ideales juveniles, y las conversaciones con su padre repicaron siempre en su conciencia. Antes de partir a Lima, éste le había dicho: "Lo único que te recomiendo es que seas indesmayable en lo que te propones. Porque a este país le hacen falta hombres de voluntad." Victor Raúl nunca olvidó su propia respuesta, que asumió como un compromiso. "El Perú necesita una renovación desde sus raíces.", dijo entonces, como lo volvería a decir tantas veces. "Sigo creyendo que en la obra de la instrucción del pueblo está el secreto renovador... Ojalá haga yo algo en la vida. Pero ya lo sabes, papá, ¡desde las raíces!"
Victor Raúl Haya de la Torre nunca abdicó de sus ideales. Casi todos los gobernantes a los que combatió, dictadores acostumbrados a mandar con el látigo y con el oro, trataron de comprarlo ofreciéndole crecientes sumas de dinero, pero fue imposible. Incluso cuando fue elegido Presidente de la Asamblea Constituyente, en 1979, renunció a su sueldo. Murió pobre de dinero Pero rico de espíritu y del amor de su gente. El, que había pasado su infancia en una lujosa casa de veintidós habitaciones, vivió los últimos años en una quinta prestada, amoblada en forma muy austera, sólo con los objetos más indispensables, y sus libros para seguir estudiando y enseñando.
CON FE, UNION, DISCIPLINA Y ACCION...
¡VIVA VICTOR RAUL!!!

¡VIVA EL PARTIDO APRISTA PERUANO!!!
EN LA LUCHA... ¡HERMANOS!
EN EL DOLOR... ¡HERMANOS!
EN LA VICTORIA... ¡HERMANOS!
A MÁS CALUMNIAS... ¡MÁS APRISMO!
SÓLO EL APRISMO... ¡SALVARÁ AL PERÚ!
"Aprendamos a discrepar, a tolerarnos mutuamente, sin complicidades ni claudicaciones."
C. Jefe Victor Raul Haya de la Torre
"¡Ni con Washington ni con Moscú, solo el Aprismo salvará el Perú!"
C. Jefe Victor Raul Haya de la Torre
"¡Pan con Libertad!"
C. Jefe Victor Raul Haya de la Torre
"Queremos que vengan generaciones nuevas
Que nos superen y nos venzan"
C. Jefe Victor Raul Haya de la Torre
(Discurso de Haya de la Torre, 07 de Enero de 1934, dia en que se fundó la gloriosa Federación Aprista Juvenil, del cual Armando Villanueva fuera su primer Secretario General).

MARTIRES APRISTAS

C. MANUEL AREVALO
Uno de los personajes mas importantes del aprismo auroral es sin duda Manuel Arévalo. Un obrero humilde que superó las barreras académicas gracias a la incansable lectura que estimulaba su mente lúcida y curiosa. Su sed de conocimiento y justicia allá por el sólido norte peruano lo condujeron al fundador del Apra con quién pronto conjugó en mente y espíritu. Las cualidades del jóven obrero fueron estimadas largamente por el conductor del Partido del Pueblo. En las tareas de movilización popular, de divulgación prográmatica y campaña electoral, Arévalo demostró una combinación singular de valor, lealtad y probidad. Definitivamente se trataba no solo de un gran líder sino uno de los mejores que nuestro país ha tenido. El indicador más concluyente que confirma esta apreciación es la revelación de Haya de la Torre respecto a la sucesión de la jefatura del partido ante una eventual desaparición física suya. Durante la persecución política contra los apristas allá por los años 30, cualquier dirigente podía ser apresado o asesinado. Ante ello Haya de la Torre se habia decidido por Manuel Arévalo como su sucesor en la conducción del Partido. Es decir, el creador del aprismo, luego de evaluar a todos los líderes de la época juzgó como al más apto nada menos que a este inteligente obrero. A pesar de este antecedente, la obra y legado de Manuel Arévalo no ha sido rescatada debidamente. Incluso dentro de los círculos apristas, Arévalo es reducido solo a la figura de un mártir. Sin embargo, para comprender la dimensión de este gran personaje, debemos remitirnos a su fructífero trabajo antes de su apresamiento y asesinato a comienzos del año 1937.
Manuel Arévalo Cáceres
El obrero insólito
Por: César Lévano
Fue Ciro Alegría quien primero me dió esa imágen del dirigente obrero que era Manuel Arévalo. Poco antes de ser condenado a muerte, el futuro novelista había vivído, en efecto, en casa del mártir. "Puedo decir que me crié en parte en ese hogar proletario", contaba el inolvidable novelista recio. "Manuel éra de esos hombres valientes e inmaculados que sólo pueden salir del pueblo".
Este 15 de Febrero de cumplen 48 años del asesinato a mansalva de Arévalo, el muchacho obrero que sólo había estudiado hasta segundo de primaria y de quien Victor Raúl Haya De La Torre pensó, en años de martirio aprista, que era el único que podía heredar la Jefatura del Apra. En 1937, cuando Antenor Orrego concluyó su libro "Pueblo Continente", lo dedicó a ese insólito personaje. Lo de insólito puede transparentarse en estas líneas de la dedicatoria impresa:
"Se gestaron estas páginas en un ambiente desgarrador de odio acerbo y de amor efusivo y radiante. El odio lo puso el despotísmo que averguenza y oprime a mi patria; el amor un hijo humilde y grande del pueblo, inteligencia lúcida y bravo corazón de héroe que hizo a su país la noble ofrenda de su sangre. Cuanta efusión fraternal prodigó Manuel Arévalo, el hermano mártir, al mecanografiar estas páginas que el comprendió y amó tanto, y que -sarcasmos del destino- no vería nunca publicadas"
Un dirigente obrero joven que se dedicaba no sólo a organizar a los trabajadores de la caña, que lo veneraban, como lo demostraban las manifestaciones de masas a su paso, sino que, además, podía ejercer las más altas funciones políticas en un partido y dialogar sobre filosofía con uno de los hombres más selectos del Perú, eso era Manuel Arévalo.
De donde había salido A dónde iba?.
Emergió Arévalo de los estratos más profundos del pueblo costeño. Había nacido en el poblado campesino de Santiago de Cao, el 15 de Octubre de 1903. A los 7 años ingresó en una escuela lugareña, en la cual, por la pobreza familiar, sólo estudió hasta segundo año del ciclo elemental.
Siendo casi un niño ingresó a la fuerza laboral. En 1913 y 1914 aparece trabajando en las haciendas de Chiquitoy y Nepén, en operaciones de desyerbe y desbroce. Esa tempranía del esfuerzo es sin duda la fuente de su gran fuerza física y
su sentido de la responsabilidad. Es lo que muchos intelectuales no conocen o no pueden comprender de los dirigentes obreros de esos tiempos: sobreviven sólo los mejores dotados físicamente, y la prueba los tiempla para siempre. Los testimonios nos presentan al Arévalo ya líder con una traza imponente y un carácter firme.
El diario "Nor Perú" de Trujillo publicó el 15 de Febrero de 1946 una semblanza de Arévalo que contiene ese testimonio:
"Viajando una vez de Cartavio a Colpán decía con amargura: No podremos alguna vez echar a estos gringos fuera de nuestras tierras?. Sus cañas, sus caminos y hasta sus líneas están anegadas, y nosotros no tenemos cuando regar nuestro maíz".
Eran los días en que solía viajar de gorra, con algún primo, cinemáticamente montado sobre el vagón particular de la hacienda, cabello al aire. A los 13 años pasa a la hacienda Cartavio como ayudante de química en el ingenio azucarero. Allí recibe su primer aumento de salario: de 25 a 30 centavos diarios. En 1918, antes de cumplir 15 años, entra a trabajar en la hacienda Roma, de Victor Larco Herrera, aquella en que César Vallejo, seis años antes, se había desempeñado como contable.
En ingreso de Arévalo en ese centro de producción cañera se produjo gracias a un tío mecánico que trabajaba allí. Por esos años circulaba profusamente en la zona cañavelera la propaganda anarquista. Los folletos de Manuel Gonzáles Prada sacudían la conciencia de los obreros, y apasionaban en particular a los más jóvenes. Un moreno extraordinario, el negro Julio Reynaga, distribuía hasta en asno sus periódicos rebeldes y establecía los pilares del sindicalismo azucarero. Haya de la Torre rendiría en "Apra", febrero de 1946, homenaje a Reynaga y a sus compañeros del grupo "La Protesta", de Lima.
INFATIGABLE LUCHADOR
En 1919, ya como oficial de mecánica, se abren a Arévalo las puertas de Casagrande. Allí inicia una labor de propaganda. En particular difunde, como lo recuerda el ya citado cotidianio aprista, noticias sobre la revolución rusa y sobre la jornada de ocho horas, que acaba de ser conquistada por los trabajadores del país, gracias a un paro general y a una larga pelea que se inició en Mayo de 1904.
"Constantemente escribía papelitos arengando a los trabajadores y los dejaba caer en el banco de los maestros; en el taller, en la fábrica; después, buscaba la discusión alrededor de los mismos volantitos, como tratando de ver que efecto producían en los trabajadores", relata el texto.
Tenía 16 años, el muchacho combatiente. El amor le aprisionaba con dulce lazo; pero en esos días se produce una
huelga en la hacienda Roma que dura más de dos semanas y que termina con la expulsión de cerca de cien familias. Como en "La danza inmóvil" de Manuel Scorza, el joven tiembla ante los dos abismos del amor y la lucha. Pero un proletario auténtico no tiembla de miedo. Los volantitos mecanografiados en una vieja Royal siguen circulando por la hacienda. En vano intentan los gerentes averiguar a quién o quiénes corresponde la autoría. Hay todo un operativo de infiltración, que no da resultados.
En aquel entonces surgen los primeros borradores de pliego de reclamos, elaborados por los obreros mas jóvenes, que Arévalo nuclea. Al mismo tiempo que atiende el frente colectivo, el joven mecánico cumple fielmente su deber filial. Desde los primeros años de su ingreso al sector asalariado, cada semana llegará a su pueblo, a dejar a la madre todo lo que puede de dinero. Desde los doce años contribuye al sostenimiento del hogar. Es un aspecto noble de los luchadores de la primera etapa del movimiento obrero, la estrecha unión, el encendido amor por los padres y los hijos. Arévalo lo refrendaría en años oscuros de persecución y clandestinidad, respecto de su esposa y sus hijos.
Un día los trabajadores de Casagrande se animan a presentar pliego de reclamos; pero nadie se atreve a llevarlo a la gerencia por temor a las represalias. Leguía, magnate del azúcar, ha sacado ya las garras represivas, y los hacendados de la región se sienten seguros y autorizados para todo género de abuso. Hay temor en las filas proletarias. Entonces el muchacho Arévalo, ése mocetón porfiado, dice: "Yo voy a llevar el pliego". Los directivos de la empresa se niegan a recibirlo. El aprendiz de mecánica se impone, y deja el documento sobre el escritorio de la gerencia. Corre Noviembre de 1920.
Los patrones proceden a tomarlo prisionero. Acuden varios del grupo rebelde a libertarlo; también quedan prisioneros. Entonces los trabajadores de Casagrande recurren al arma decisiva. La huelga arranca no sólo la libertad de los prisioneros, sino la aceptación de los puntos reclamados.
Es, en realidad, sólo una maniobra dilatoria. Lo cierto es que el joven de 17 años es aclamado por sus hermanos de trabajo y sufrimiento.
Días después, la soldadesca se instala en la hacienda y emprende una cacería de rebeldes. Entre los numerosos apresados está Arévalo, que entonces sufrirá su primer exilio. Es enviado por barco al Callao.
Meses después retorna a Trujillo, no sin haber establecido contacto con los luchadores obreros de Lima y Callao. Arévalo entra a trabajar en la maestranza ferroviaria del puerto de Chicama. Luego ingresa como mecánico en las minas de Quiruvilca. Termina por regresar a Trujillo, donde abre, en 1924, un taller de mecánica, en el barrio La Unión.
LA TAREA INTELECTUA L
Esa etapa permite a Arévalo desplegar sus facultades intelectuales. Se vincula con el Grupo Norte, encabezado desde 1916 por Antenor Orrego y vinculado desde entonces con las demandas obreras, que habían estallado violentamente en 1912, año de la mayor masacre de obreros en el Perú, la de Chicama.
Del Grupo Norte habían salido hacia Lima y hacia Europa Victor Raúl Haya de la Torre y César Vallejo. En la Trujillo señorial quedaban otros jóvenes rebeldes: Alcides Spelucín, Américo Pérez Treviño, Manuel Godoy, Julio Esquerre, "Esquerritoff", Julio Espejo Asturrizaga.
En 1926, Arévalo ejecuta un intermezzo sentimental. Se casa con la muchacha que es su novia desde hace tiempo, Edelmira Huiman. Es felíz. Puede por lo tanto emprender con nuevos bríos la lucha.
En 1928 existían en Trujillo dos instituciones que atraían por igual el interés del joven mecánico. Una era el Ateneo Popular, que quedaba frente a su taller. La otra era el Club Sport Unión Trujillo, del cual era fundador y dirigente. Un día de 1928, Antenor Orrego se presentó como expositor en el Ateneo. Al final se desarrolló un debate en que intervino, macizamente, un joven que esa noche manifestó a su esposa Edelmira: "he conocido a un gran hombre y me ha manifestado que valgo".
De allí arranca la estrecha amistad entre el crítico y ensayista, y el trabajador manual que se cultiva con ahínco, porque ha comprendido que la cultura es un arma de liberación. Dieciocho años después, en la pequeña revista aprista de Trujillo "Sayari" , que dirigía Abraham Arias Larreta, Orrego publicaría un homenaje en que dice, apretada y certeramente: "Peón de campo en los primeros años de su vida, mecánico experto y calificado, después. Cerebro radiante, perfectamente organizado para la acción y para la comprensión del pensamiento más profundo. Sensibilidad fina y delicada para la capacitación estética, para la percepción de la poesía y del arte. Causa pasmo, si no fuera indicio de una América nueva que está haciendo, el sufrimiento de esta flor exquisita en las entrañas mismas del pueblo".
En 1930, después de muerto José Carlos Mariátegui, se produce la caída del régimen tiránico de Leguía. Es también la época de la gran crisis económica. Las masas se lanzan al combate por una revolución social que no se produce. Hay crisis revolucionaria, pero ella no llega a convertirse en crisis política nacional, debido al sectarismo del partido comunista dirigido por Eudocio Ravines, por un lado, y a la inflexión reformista que Haya implanta en el partido por él creado. Con todo, en ausencia del Amauta Mariátegui, el Apra concentra aluvionalmente la esperanza de los sectores urbanos del pueblo. Haya vuelve de la persecución y del destierro, como un fulgurante apóstol del verbo encendido. Tiene 35 años de edad y una concepción orgánica y organizativa de la política.
CAPTACION PARTIDARIA
Lo primero que hace Haya al retornar al Perú es captar a los elementos universitarios de la reforma, y a los cuadros proletarios, en particular a muchos de los anarquistas que pelearon por la jornada de ocho horas.
Antenor Orrego captó a Arévalo para el Apra. Eran tiempos vertiginosos, que exigían decisiones rápidas. La gran transformación parecía inminente, y no para un grupo de iluminados, sino para la inmensa mayoría del pueblo. Fue así como Arévalo resultó elegido por abrumadora mayoría Diputado al Congreso Constituyente de 1931.
En esos tiempos organizó en la zona cañavelera protestas por las masacres de Oyolo y Malpaso. En los días de la masácre de Paiján -cuyo dolor traspasa el tiempo en los tremolos de un valse hermosísimo-, Arévalo, parlamentario de combate, se enfrentó a los esbirros. En medio de las balas, les exigió detener la matanza. Los campesinos de Paiján se habían rebelado contra los abusos de los señores feudales y de la tiranía.
Poco después, el régimen despótico de Sánchez Cerro expulsó de la Constituyente a 22 diputados apristas y uno descentralista. Los apristas fueron desterrados a Panamá, donde Arévalo consiguió prestamente trabajo como mecánico en el Canal. Pero la tierra peruana le atraía, por virtud de afectos íntimos y ansia de revolución.
No podía olvidar los días previos a su destierro en que con Manuel Barreto, el "Búfalo" (ese gigante rebelde, especie de Bakunin proletario) planeaba el asalto al cuartel O'Donovan de Trujillo. Un día en que se hallaba en Colombia, Arévalo escuchó por radio la noticia de que estaban bombardeando el trujillano barrio de La Unión. Había empezado la revolución de Trujillo. Decidió entrar al Perú clandestinamnente. Corría 1933.
En el Perú, se dirigió al norte. Eran los días de la clandestinidad del Apra. Haya lo nombró secretario general del Comité Regional del Norte y delegado de la Jefatura con poderes especiales. En la lucha ilegal, Arévalo se mostró como un gran organizador. Una red subterránea orquestaba el movimiento de las masas apristas. En esos días acuñó el lema que el Apra haría suyo: Fe, Union, Disciplina y Accion.
La actividad de Arévalo no sólo se ejercía en el norte.Se plasmaba también en Lima, donde solía reunirse, furtivamente, con Haya. El Jefe del aprismo, después de una balacera en que estuvo a punto de perder la vida, pensó en que el joven trabajador manual era el único capaz de reemplazarlo en la dirección, en caso de que él muriera.
FAMILIA E INFORTUNIO
Así consta en el libro "Haya de la Torre y el Apra", de Luis Alberto Sánchez, editado por Editorial de Pacifico en Santiago de Chile, 1955. Una carta de Nicanor Mujíca, compañero de clandestinidad de Haya, lo dice: "Haya de la Torre recibió la noticia del asesinato de Arévalo en su escondite en casa de G.B. "El Viejo" me había manifestado en un momento de angustia, cuando la policía lo cercaba y temía por su vida, que si algo podía valer su voto póstumo, él votaba porque Arévalo fuera Secretario General del Partido, encargándome que lo manifestara así..."
No descuidaba Arévalo la vida familiar. Desde las sombras de su escondite, llegaba en algunas madrugadas hasta su hogar. Acariciaba a sus hijos, entre la noche y la aurora; abrazaba a su mujer, y volvía a sumergirse en el secreto. La "policía secreta" -así llamaban antes a lo que se denomina Seguridad del Estado-, sabidora de su ternura de varón cambativo, maquinó el asesinato de su pequeño hijo Victor Manuel, de siete años. Lo metió en un pozo. Esperaba que el perseguido llegara al velorio.
El régimen de Benavides, que había reemplazado al de Sánchez Cerro, temía a ese hombre inasible que podía organizar huelgas y paros totales en la zona azucarera; que infiltraba periódicos y volantes por todos los poros de la sociedad, y que lo mismo agitaba a un grupo de obreros que dictaba conferencias a jovenes universitarios.
El 1ro. de febrero de 1937 lo capturaron en las inmediaciones de Mansiche. Estaba escondido en un subterraneo. Hubo, parece, una delación.
Quince días lo tienen prisionero allí. Mediante un procedimiento de prodigioso ingenio, establece comunicacion con su esposa. Pronto lo toman en sus manos policías llegados de Lima, que lo introducen en una camioneta. Está esposado y con los pies engrilletados. En el camino se cruza con un camión en el cual viaja Roberto Valdivia, que es su pariente. Arévalo le grita: "avisa a Mila que me llevan a Lima". Y le enseña las manos esposadas. A la altura de Cerro Colorado, son interceptados por otro vehículo policial, cuya tripulación indica que debe llevarse al prisionero. Cumplida la orden, el nuevo destacamento ordena a Arévalo que camine hacia el arenal. Después de un tránsito de pocos metros, le disparan por la espalda. Los soplones Enrique Espantoso, Ricardo Polo y Luis Saldarriaga habían cumplido su misión.
La familia de Arévalo quedó en la más rotunda pobreza, signo de la honradez del mártir.
En los originales de Orrego que Arévalo había estado mecanografiando, se lee: "No se puede plantar hoy la revolución, cualquiera que sea el pueblo de la tierra, desde el punto de vista contemporáneo, si no dentro de los marcos teóricos y prácticos del marxismo" (Pueblo Continente", Pag.117).
Lanzados a la aventura de la imaginación, manejando el azar y sus límites, uno puede suponer que el destino del aprismo no hubiera sido igual al que fué si es que no hubieran muerto hombres de fibra obrera, como Manuel Arévalo o Manuel Barreto.
El hecho de que hombres como ellos amasaron la fuerza y la mística del Apra y que la masa aprista, cada año, se dirige en peregrinación a lo que se ha dado en llamar "El Altar de la Fraternidad Aprista", la tumba del héroe popular. Llegan allí
de Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Casma, Huarmey, Barranca, Pativilca, Haciendas azucareras y Lima. Es gente sencilla, de abajo, que en muchos casos es aprista sólo por tradición familiar. Hasta allá iba todos los años Haya de la Torre, aunque algunos líderes parecen considerarlo hoy un ritual extemporáneo. Pasa con los partidos lo que pasa con los pueblos: pierden la memoria.
Ciro Alegría, que rompió con el Apra en 1948, previa una crítica ideológica tajante, me contó que apenas vuelto al Perú a fines de los años 50, se dirigió a la casa de Manuel Arévalo. Fue a rendirle homenaje a doña Edelmira, la mujer que acompañó a Arévalo, le dió dos hijos y asumió con dignidad todas las consecuencias de pobreza y olvido. Ella preparó a Ciro sus cuyes y su chicha.
Imagino a Ciro bebiendo a poquitos su vaso de chicha cargado de tiempo, de historia, de tristeza y combate .
EL "CUCO" HEYSEN
LEGADO DE UN COMBATIENTE POR LA JUSTICIA Y LA LIBERTAD
Por Luis G. Heysen Zegarra
Nació en Chiclayo el 13 de Julio de 1903, primogénito del matrimonio del inmigrante maestro alemán Louis Heysen Voss con la dama chiclayana Clorinda Incháustegui Quiñones. A sus cinco años murió su padre, forjándose su responsabilidad y su carácter como primer hombre de la casa. Estudió en el Colegio Nacional San José de Chiclayo donde culmina su secundaria becado en 1921.
En 1922 viaja por primera vez a Lima donde ingresó a la Escuela de Agronomía - hoy Universidad Nacional Agraria. Ese mismo año conoció a Haya de la Torre compartiendo inquietudes y propuestas estudiantiles y políticas y entablando una firme amistad. En los históricos sucesos del 23 de Mayo de 1923 contra la tiranía de Leguía que forjaron la alianza obrero-estudiantil, estuvo al lado de Haya, teniendo destacada participación. En 1924, detenido en la Intendencia y en huelga de hambre fue deportado a Chile, de donde siguió a la Argentina, incorporándose a la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Plata y siendo elegido en 1926 Presidente de la Federación Universitaria.

Haya de la Torre escribió desde Oxford al iniciar su Mensaje a la juventud de La Plata publicado en "La Reforma Universitaria", tomo V, 1927:
"Queridos compañeros estudiantes de La Plata:
Desde la elección de Luis E. Heysen para la presidencia de la Federación Universitaria de La Plata, tuve el deseo de escribirles para felicitarles, excluyendo la circunstancia de ser Heysen un compañero de lucha y de destierro, por la práctica demostración de solidaridad latinoamericana que habían dado con esa designación. Aunque sea tarde, insisto en este punto porque si bien Luis Heysen es muchacho de extraordinarias condiciones, la elección de ustedes significaba no sólo un tributo al individuo sino un homenaje simbólico a la juventud estudiantil peruana cuyas vanguardias han sido despiadadamente castigadas por el terror reaccionario que desde Mayo de 1923 ensangrienta al Perú sacrificando obreros, estudiantes, campesinos e intelectuales."

Heysen culmina sus estudios graduándose de Ingeniero Agrónomo con la tesis "Presente y Porvenir del Agro Argentino - laureada y publicada por la Universidad de La Plata. En 1928 viaja a París donde estudió Sociología en la ya prestigiosa Universidad "La Sorbona" y fue Secretario General de la Célula Aprista y del Centro de Estudios Antimperialistas. En 1929 viajó a Alemania donde se encontró con Haya de la Torre y compartió con él la amistad con el sabio Albert Einstein famoso ya por la teoría de la relatividad que Haya magistralmente adaptaría a la filosofía a través de la Tesis del Espacio - Tiempo Histórico.
Retorna al Perú en 1931 y participa activamente en la gesta y acción del Partido Aprista Peruano, así como en la campaña electoral que llevaría a su elección como Representante por Lambayeque al Congreso Constituyente.
El mismo Víctor Raúl, al despedirse de Chiclayo en Julio de 1931 pronunció:
"¡Adiós, pues, compañeros de Chiclayo! ¡Mi despedida emocionada, pero mi llamamiento absolutamente claro! Necesitamos la contribución de todos. La labor de la obra inmediata de nuestro partido exige - lo repito mil veces - sacrificio, esfuerzo, decisión, desinterés, ofrecer a cada uno lecciones individuales y rendición sistemática de todas las fuerzas de la colectividad.
¡Adiós, pues, amigos y continuad en la obra! Ya vendrán otros emisarios del Partido. Ya vendrá Heysen, que es uno de los voceros del Partido Aprista Peruano, que a los veintiún años marchó al exilio. Y cuando vuelva Heysen, que será cuando yo esté muy lejos de aquí, no os olvidéis que viene después de siete años de destierro; que tenía diecinueve años cuando lo vi de frente, tranquilo en medio de las balas, el 23 de Mayo de 1923. No os olvidéis que a su admirable valor moral, aúna una superioridad y una sencillez de hombre grande. No os olvidéis que en Luis Heysen ya no viene sólo el muchacho sencillo, valiente y honesto; vuelve el hombre preparado con conocimientos de verdadero estadista, con los que ha asombrado a los círculos intelectuales de la Argentina, con una admirable tesis sobre los problemas agrarios de esa República."
Desatada la violenta persecusión de Sánchez Cerro contra el Apra y consumado el desafuero de los Constituyentes apristas, Heysen logró eludir todo cerco y no pudo ser preso, ni desterrado como si lo fueron sus demás compañeros. Desde entonces fue líder de la clandestinidad del Partido y arrostrando mil peligros enfrentó a las dictaduras de turno como lo había hecho antes contra Leguía. Por sus hazañas en la lucha clandestina fue considerado como un líder legendario. Perseguido siempre, mas nunca habido, vivió así hasta Mayo de 1945 en que el aprismo reconquistó la legalidad.
Sobre él, Manuel Seoane escribió en la revista Claridad de Buenos Aires en 1938:
"HEYSEN tiene más anécdotas que libros o folletos o discursos. Los amigos olvidan que es ingeniero, pero recuerdan su apodo, "El Cuco". Esto significa que su contribución vital es mayor que su aporte especulativo. Pero lo mayor no es siempre lo mejor. Y en el caso de Heysen ocurre precisamente así.
Tiene fama justificada de valiente, de temerario, de conspirador. Posee una audacia inverosímil para esconderse, burlar la persecusión, cumplir propósitos difíciles: anécdotas. En cambio la gente olvida su capacidad real de doctrinario, sus posibilidades analíticas, su conocimiento veraz de nuestros problemas."

"Sin embargo, ahí está lo mejor de Heysen. He tenido la suerte de conversar con él en horas difíciles y tensas, cargadas de futuro. Y he advertido siempre que "El Cuco" posee una serenidad y visión extraordinarias. Pasta de político hondo, que caracteriza la anécdota pero no descuida la pulpa. Porque la revolución, en su raíz misma, extendida sobre el espacio y el tiempo, es capacidad técnica para transformar un régimen social columbrándolo panorámicamente y dominándolo en todos sus aspectos. Comprensión filosófica. Comprensión política. Comprensión económica. Sin esto hay revoltoso, pero no revolucionario.

Heysen es un hombre integral para su misión. La anécdota lo cubre de una gloria barata que es sin duda inferior a la que le corresponde por aquello que escapa a la anécdota y a toda mesuración; que es como las manos del timonel de un barco, que no pueden contarse con reloj ni están sujetas a salario."
En las elecciones de 1945 fue elegido Senador por Lambayeque, su departamento natal. Al año siguiente contrajo matrimonio con Angélica Zegarra Russo de familia chiclayana, hija de un buen amigo de Víctor Raúl. Declarado el Partido "fuera de la Ley" por Bustamante y Rivero después de los sucesos del 3 de Octubre de 1948, Heysen fue apresado - a pesar de su inmunidad parlamentaria - y al igual que otros Senadores y Diputados, condenado por una Corte Militar a tres años de prisión durante la dictadura de Odría. Cumplida su condena fue deportado a la Argentina donde trabajó como consultor de economía del Ministerio de Hacienda. Un año más tarde se trasladó a Puerto Rico donde laboró como asesor en economía agraria del Ministerio de Agricultura.
Contratado en 1953 por Naciones Unidas para trabajar en la FAO en México, viaja a ese país donde se reúne con su familia y radica hasta 1957. Aprobada la amnistía para los perseguidos políticos por el nuevo régimen democrático, Heysen vuelve a la patria y se desempeña como asesor de estudios técnicos del Ministerio de Agricultura y como catedrático de economía agraria en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de sociología en la Filial de la Universidad Comunal del Centro que sería punto de partida para la actual Universidad Nacional Federico Villarreal.
Continúa Heysen en todo momento su trabajo político partidario con Haya de la Torre y los líderes de la generación fundadora del aprismo. Fue elegido nuevamente Senador por Lambayeque en las elecciones de 1962 anuladas por el golpe militar y otra vez más en las elecciones de 1963, desempeñándose como tal hasta Octubre 1968 en que el golpe militar de Velasco Alvarado irrumpió en la vida democrática de la República. Alternó entonces la vida partidaria con la labor docente universitaria, llegando a ser Decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Rector de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Como masón fraterno, estudioso y dedicado iniciado en 1933 alcanza en este período la culminación de su carrera llegando a ser elegido por tres veces consecutivas Gran Maestre de la Gran Logia del Perú entre 1966 y 1972.
Convocadas las elecciones para la Asamblea Constituyente, ocupó en 1978 una vez más por voluntad popular una curul, teniendo destacada participación en la elaboración de la Constitución de 1979 que presidió Víctor Raúl y que significó el surgimiento a la vida política de Alan García.
La salida del régimen militar de Morales Bermúdez hacia la democracia, encuentra a Heysen siempre en la lucha política y, a pesar de penosa enfermedad, activa y postula nuevamente al Senado de la República. La muerte lo alcanza finalmente a los 76 años, el 16 de Mayo de 1980, dos días antes de la elección que lo hubiera hecho por tercera vez Senador y por quinta vez parlamentario. Culmina así una de las vidas más tenaces comprometidas en la lucha combatiente por la justicia y la libertad.
LHZ.
c. Carlos Manuel Cox Roose
(Nace en. Trujillo , 1902 - m. Lima , 1998 ) fue un abogado , economista y político aprista peruano . Fue uno de los fundadores del partido aprista y su primer secretario general; dos veces diputado constituyente ( 1931 - 32 y 1978 - 79 ), diputado en 1945 - 48 , y dos veces senador ( 1963 - 68 y 1985 - 90 ), llegando a ser presidente de su cámara en 1968. Dirigió en diferentes etapas los equipos técnico-económicos de su partido.
Biografía
Hijo de Guillermo Cox Bueno y Alicia Roose. Cursó estudios en las facultades de Letras (1919 1920) y Derecho (1921-1922) de la Universidad Nacional de Trujillo , y fue integrante del Grupo Norte , que reunía a parte de la intelectualidad del norte del país. Prosiguió sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1924-1926) y la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (1926). Pero no alcanzó entonces a terminar sus estudios debido a su activa participación en los movimientos estudiantiles contra el gobierno de Augusto B. Leguía ; y, desterrado a México , se plegó a las iniciales actividades del APRA fundado por su amigo y paisano Víctor Raúl Haya de la Torre .
Retornó al Perú al producirse la caída de Leguía (1930) y se contó entre los organizadores del partido aprista peruano (PAP), siendo su primer secretario general, elegido en el primer Congreso Nacional partidario realizado en Lima, en agosto de 1931. Por enfermedad, a fines de dicho año dejó el cargo a Luis Heysen .
Optó grado de Bachiller en Letras (1931) en la Universidad de Trujillo. Elegido diputado por La Libertad se incorporó al Congreso Constituyente de 1931, donde secundó la violenta oposición asumida por su partido y en represalia, el gobierno lo desaforó junto con toda la bancada aprista ( 18 de febrero de 1932). Apresado y exiliado, pasó a Chile .
Regresó al Perú cuando se formó el Frente Democrático Nacional que auspició la candidatura presidencial de José Luis Bustamante y Rivero , la que a la postre obtuvo el triunfo (1945). Fue elegido diputado por la provincia de Trujillo ; pero nuevamente hubo de salir al destierro a consecuencia del sangriento motín del Callao del 3 de octubre de 1948 que originó la proscripción de su partido, y el subsiguiente golpe de Estado del general Manuel A. Odría .
Pasó a residir en México, donde efectuó estudios de especialización en la Escuela de Economía de la Universidad Nacional Autónoma . Y al retornar al Perú (1956) asumió la cátedra de Teoría Económica en la Facultad de Ciencias Económicas de San Marcos, y en la Facultad de Letras de ésta optó grado de Doctor en Historia (1957).
Luego fue elegido senador por el departamento de La Libertad para el período 1963-68 (primer gobierno de Fernando Belaunde Terry ), llegando a ser presidente de su Cámara en 1968. Posteriormente fue elegido diputado nacional a la Asamblea Constituyente de 1978-79; y senador de la República en el período 1980-85 (primer gobierno de Alan García ).
Obras
• Los salarios en los ferrocarriles nacionales de México (1931), en colaboración con Jesús Silva Herzog y Manuel Vásquez Díaz.
• En torno al imperialismo (1933)
• Ideas económicas del aprismo (1934).
• Petróleo en Sudamérica (1941), en colaboración con Pedro E. Muñiz.
• Dinámica económica del aprismo (1948).
• Utopía y realidad en el Inca Garcilaso (1965), estudio con el cual optó grado de Doctor.
Además editó “Cartas de Haya de la Torre a los prisioneros apristas”.
Abogado y economista trujillano, es considerado primer secretario general del Partido Aprista; reconocido como tal, por el primer Congreso Nacional del PAP de agosto de 1931. Desterrado o confinado varias veces en el Panóptico de Lima, Cox ha sido Presidente del Senado 1968, constituyente en dos oportunidades: 1931 y 1978. Fundamentó el Congreso Económico Nacional y dirigió en diferentes etapas los equipos técnico-económicos del APRA. Es autor entre otros libros, de “Dinámica Económica del Aprismo” y de “Historia de las doctrinas económicas y sociales”. Además editó “Cartas de Haya de la Torre a los prisioneros apristas”.
“Los grandes problemas nacionales no se pueden resolver sino pensando en grande. El enpequeñecimiento del ángulo de visión de los asuntos públicos conduce invariablemente a una postergación de lo esencial. Si nuestro problema es, fundamentalmente, de auscultación y conocimiento de lo que tenemos y de lo que carecemos, es lógico que la investigación de nuestra realidad sea lo primero en la escala de prioridades”. Dinámica económica del aprismo. 2da., ed., pg. 7
Manuel Seoane

Editado por El Indoamericano en 9:05 AM
Manuel Seoane nació en Chorrillos, el 1 de Noviembre de 1900. Murió antes de cumplir 63 años, en Washington, EE.UU., el 10 de setiembre de 1963.
Amigo personal de Victor Raúl Haya de la Torre, con quien intimó fraternalmente desde los tiempos que ambos eran estudiantes de la Universidad Mayor de San Marcos, Seoane es uno de los fundadores del Partido Aprista Peruano, en 1930.
Desde entonces, hasta su muerte, destacó singularmente como Lider amado por las multitudes. Desempeñó, entre otros cargos del Comite Ejecutivo Nacional, las Secretarías Nacionales de Prensa, primero, y de Política, después.
Durante su último exilio, asumió la Secretaría General de los Comites de Desterrados de Indoamérica, con sede en Santiago de Chile. Padeció destierro varias veces: en Panamá, Colombia, Argentina y Chile.
Hizo sus primeras experiencias periodísticas en Buenos Aires, en la revista "Crítica". En 1931 fundó el diario "La Tribuna", en Lima, cuya dirección ejerció con brillantez. En Santiago de Chile fundó Ia revista "Ercilla". Durante sus destierros, escribió para importantes periódicos del continente, como "El Diario Ilustrado" y "Noticias de Ultima Hora", ambos de Santiago de Chile, y "El Tiempo" de Bogota.
Ha publicado "La Garra Yanqui", "Nuestros Fines, "Nuestra América y La Guerra", ‘Las Seis Dimensiones de la Revolución Mundial", "Temas Económicos", "Las Calumnias contra el Aprismo", "Crédito Externo y Justicia Social", ‘Obras Apristas", entre otros títulos.
Idolo de multitudes, respetado y querido en el PAP, Seoane fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente de 1931, siendo apresado por la dictadura de entonces y expulsado del país con los representantes apristas a esa magna Asamblea. Diputado por Lima, primero; en 1945, Senador de la RepúbIica en las listas del Frente Democrático Nacional, ocupó la Primera Vice-Presidencia de la Cámara Alta. Desterrado en 1948, regresó en 1956, compartiendo con Haya de Ia Torre la fórmula presidencial de las elecciones de 1962, año en que el despotismo de turno le arrebató la Primera Vice Presidencia.
En 1958, y luego en l96l, desempeñó la representación diplomática del Perú en Holanda y Chile. En 1963 fue llamado por la Organización de Estados Americanos y nombrado Embajador itinerante de la Alianza para el Progreso, con cuya investidura recorrió todos los países de nuestra America morena. En el desempeño de este cargo lo sorprendió prematuramente la muerte, el 10 de setiembre de 1963. Traídos sus restos mortales a Lima, el pueblo le tributó fervoroso homenaje en una de las exequias más impresionantes e inolvidables.
TODOS SOMOS UNA HERMANDAD
"Este es un acto que parte y que llega desde y hasta las zonas más elevadas y más profundas que la simple coincidencia ideológica. Ya dije alguna vez, que si nos preguntaran a nosotros, los apristas, qué lazos nos vinculan con más rigor, responderíamos que esta especie de parentesco moral, que nace de sabernos compañeros en una causa que, por sobre todos los requisitos, impone la condición de amor a la justicia y la limpieza en la conducta.
‘Por eso nuestro Partido, como se afirmó desde 1931, no es un club de compadres en busca del Presupuesto Nacional, sino una viva y firme fraternidad moral, nacida del rechazo a las injusticias y del amor a la empresa de transformar las bases materiales y espirituales del Peru, para tornarlo hogar de alegría para todos los peruanos.Y porque nuestro Partido es una hermandad en la lucha, en el dolor y en la victoria, ejercitamos el orgulloso derecho de dar cálida celebración a nuestro hermano mayor. Pues si alguien interrogara por qué damos este extraordinario realce al onoméstico del Jefe, responderíamos que porque él es un guia y un ejemplo, y como es él, tierno y sacrificado hermano de todos, especialmente de los humildes y de los débiles, el dulce pueblo aprista, esta vez sin consulta ni Congreso, por mandato imperativo de abajo a arriba, ha resuelto consagrar, de hoy en adelante, y hasta cuando seamos polvo en viaje a las estrellas, el día 22 de Febrero como el Día Aprista de la Fraternidad.

MANUEL SEOANE
22 de Febrero de 1946
C. MANUEL AREVALO
Uno de los personajes mas importantes del aprismo auroral es sin duda Manuel Arévalo. Un obrero humilde que superó las barreras académicas gracias a la incansable lectura que estimulaba su mente lúcida y curiosa. Su sed de conocimiento y justicia allá por el sólido norte peruano lo condujeron al fundador del Apra con quién pronto conjugó en mente y espíritu. Las cualidades del jóven obrero fueron estimadas largamente por el conductor del Partido del Pueblo. En las tareas de movilización popular, de divulgación prográmatica y campaña electoral, Arévalo demostró una combinación singular de valor, lealtad y probidad. Definitivamente se trataba no solo de un gran líder sino uno de los mejores que nuestro país ha tenido. El indicador más concluyente que confirma esta apreciación es la revelación de Haya de la Torre respecto a la sucesión de la jefatura del partido ante una eventual desaparición física suya. Durante la persecución política contra los apristas allá por los años 30, cualquier dirigente podía ser apresado o asesinado. Ante ello Haya de la Torre se habia decidido por Manuel Arévalo como su sucesor en la conducción del Partido. Es decir, el creador del aprismo, luego de evaluar a todos los líderes de la época juzgó como al más apto nada menos que a este inteligente obrero. A pesar de este antecedente, la obra y legado de Manuel Arévalo no ha sido rescatada debidamente. Incluso dentro de los círculos apristas, Arévalo es reducido solo a la figura de un mártir. Sin embargo, para comprender la dimensión de este gran personaje, debemos remitirnos a su fructífero trabajo antes de su apresamiento y asesinato a comienzos del año 1937.
Manuel Arévalo Cáceres
El obrero insólito
Por: César Lévano
Fue Ciro Alegría quien primero me dió esa imágen del dirigente obrero que era Manuel Arévalo. Poco antes de ser condenado a muerte, el futuro novelista había vivído, en efecto, en casa del mártir. "Puedo decir que me crié en parte en ese hogar proletario", contaba el inolvidable novelista recio. "Manuel éra de esos hombres valientes e inmaculados que sólo pueden salir del pueblo".
Este 15 de Febrero de cumplen 48 años del asesinato a mansalva de Arévalo, el muchacho obrero que sólo había estudiado hasta segundo de primaria y de quien Victor Raúl Haya De La Torre pensó, en años de martirio aprista, que era el único que podía heredar la Jefatura del Apra. En 1937, cuando Antenor Orrego concluyó su libro "Pueblo Continente", lo dedicó a ese insólito personaje. Lo de insólito puede transparentarse en estas líneas de la dedicatoria impresa:
"Se gestaron estas páginas en un ambiente desgarrador de odio acerbo y de amor efusivo y radiante. El odio lo puso el despotísmo que averguenza y oprime a mi patria; el amor un hijo humilde y grande del pueblo, inteligencia lúcida y bravo corazón de héroe que hizo a su país la noble ofrenda de su sangre. Cuanta efusión fraternal prodigó Manuel Arévalo, el hermano mártir, al mecanografiar estas páginas que el comprendió y amó tanto, y que -sarcasmos del destino- no vería nunca publicadas"
Un dirigente obrero joven que se dedicaba no sólo a organizar a los trabajadores de la caña, que lo veneraban, como lo demostraban las manifestaciones de masas a su paso, sino que, además, podía ejercer las más altas funciones políticas en un partido y dialogar sobre filosofía con uno de los hombres más selectos del Perú, eso era Manuel Arévalo.
De donde había salido A dónde iba?.
Emergió Arévalo de los estratos más profundos del pueblo costeño. Había nacido en el poblado campesino de Santiago de Cao, el 15 de Octubre de 1903. A los 7 años ingresó en una escuela lugareña, en la cual, por la pobreza familiar, sólo estudió hasta segundo año del ciclo elemental.
Siendo casi un niño ingresó a la fuerza laboral. En 1913 y 1914 aparece trabajando en las haciendas de Chiquitoy y Nepén, en operaciones de desyerbe y desbroce. Esa tempranía del esfuerzo es sin duda la fuente de su gran fuerza física y
su sentido de la responsabilidad. Es lo que muchos intelectuales no conocen o no pueden comprender de los dirigentes obreros de esos tiempos: sobreviven sólo los mejores dotados físicamente, y la prueba los tiempla para siempre. Los testimonios nos presentan al Arévalo ya líder con una traza imponente y un carácter firme.
El diario "Nor Perú" de Trujillo publicó el 15 de Febrero de 1946 una semblanza de Arévalo que contiene ese testimonio:
"Viajando una vez de Cartavio a Colpán decía con amargura: No podremos alguna vez echar a estos gringos fuera de nuestras tierras?. Sus cañas, sus caminos y hasta sus líneas están anegadas, y nosotros no tenemos cuando regar nuestro maíz".
Eran los días en que solía viajar de gorra, con algún primo, cinemáticamente montado sobre el vagón particular de la hacienda, cabello al aire. A los 13 años pasa a la hacienda Cartavio como ayudante de química en el ingenio azucarero. Allí recibe su primer aumento de salario: de 25 a 30 centavos diarios. En 1918, antes de cumplir 15 años, entra a trabajar en la hacienda Roma, de Victor Larco Herrera, aquella en que César Vallejo, seis años antes, se había desempeñado como contable.
En ingreso de Arévalo en ese centro de producción cañera se produjo gracias a un tío mecánico que trabajaba allí. Por esos años circulaba profusamente en la zona cañavelera la propaganda anarquista. Los folletos de Manuel Gonzáles Prada sacudían la conciencia de los obreros, y apasionaban en particular a los más jóvenes. Un moreno extraordinario, el negro Julio Reynaga, distribuía hasta en asno sus periódicos rebeldes y establecía los pilares del sindicalismo azucarero. Haya de la Torre rendiría en "Apra", febrero de 1946, homenaje a Reynaga y a sus compañeros del grupo "La Protesta", de Lima.
INFATIGABLE LUCHADOR
En 1919, ya como oficial de mecánica, se abren a Arévalo las puertas de Casagrande. Allí inicia una labor de propaganda. En particular difunde, como lo recuerda el ya citado cotidianio aprista, noticias sobre la revolución rusa y sobre la jornada de ocho horas, que acaba de ser conquistada por los trabajadores del país, gracias a un paro general y a una larga pelea que se inició en Mayo de 1904.
"Constantemente escribía papelitos arengando a los trabajadores y los dejaba caer en el banco de los maestros; en el taller, en la fábrica; después, buscaba la discusión alrededor de los mismos volantitos, como tratando de ver que efecto producían en los trabajadores", relata el texto.
Tenía 16 años, el muchacho combatiente. El amor le aprisionaba con dulce lazo; pero en esos días se produce una
huelga en la hacienda Roma que dura más de dos semanas y que termina con la expulsión de cerca de cien familias. Como en "La danza inmóvil" de Manuel Scorza, el joven tiembla ante los dos abismos del amor y la lucha. Pero un proletario auténtico no tiembla de miedo. Los volantitos mecanografiados en una vieja Royal siguen circulando por la hacienda. En vano intentan los gerentes averiguar a quién o quiénes corresponde la autoría. Hay todo un operativo de infiltración, que no da resultados.
En aquel entonces surgen los primeros borradores de pliego de reclamos, elaborados por los obreros mas jóvenes, que Arévalo nuclea. Al mismo tiempo que atiende el frente colectivo, el joven mecánico cumple fielmente su deber filial. Desde los primeros años de su ingreso al sector asalariado, cada semana llegará a su pueblo, a dejar a la madre todo lo que puede de dinero. Desde los doce años contribuye al sostenimiento del hogar. Es un aspecto noble de los luchadores de la primera etapa del movimiento obrero, la estrecha unión, el encendido amor por los padres y los hijos. Arévalo lo refrendaría en años oscuros de persecución y clandestinidad, respecto de su esposa y sus hijos.
Un día los trabajadores de Casagrande se animan a presentar pliego de reclamos; pero nadie se atreve a llevarlo a la gerencia por temor a las represalias. Leguía, magnate del azúcar, ha sacado ya las garras represivas, y los hacendados de la región se sienten seguros y autorizados para todo género de abuso. Hay temor en las filas proletarias. Entonces el muchacho Arévalo, ése mocetón porfiado, dice: "Yo voy a llevar el pliego". Los directivos de la empresa se niegan a recibirlo. El aprendiz de mecánica se impone, y deja el documento sobre el escritorio de la gerencia. Corre Noviembre de 1920.
Los patrones proceden a tomarlo prisionero. Acuden varios del grupo rebelde a libertarlo; también quedan prisioneros. Entonces los trabajadores de Casagrande recurren al arma decisiva. La huelga arranca no sólo la libertad de los prisioneros, sino la aceptación de los puntos reclamados.
Es, en realidad, sólo una maniobra dilatoria. Lo cierto es que el joven de 17 años es aclamado por sus hermanos de trabajo y sufrimiento.
Días después, la soldadesca se instala en la hacienda y emprende una cacería de rebeldes. Entre los numerosos apresados está Arévalo, que entonces sufrirá su primer exilio. Es enviado por barco al Callao.
Meses después retorna a Trujillo, no sin haber establecido contacto con los luchadores obreros de Lima y Callao. Arévalo entra a trabajar en la maestranza ferroviaria del puerto de Chicama. Luego ingresa como mecánico en las minas de Quiruvilca. Termina por regresar a Trujillo, donde abre, en 1924, un taller de mecánica, en el barrio La Unión.
LA TAREA INTELECTUA L
Esa etapa permite a Arévalo desplegar sus facultades intelectuales. Se vincula con el Grupo Norte, encabezado desde 1916 por Antenor Orrego y vinculado desde entonces con las demandas obreras, que habían estallado violentamente en 1912, año de la mayor masacre de obreros en el Perú, la de Chicama.
Del Grupo Norte habían salido hacia Lima y hacia Europa Victor Raúl Haya de la Torre y César Vallejo. En la Trujillo señorial quedaban otros jóvenes rebeldes: Alcides Spelucín, Américo Pérez Treviño, Manuel Godoy, Julio Esquerre, "Esquerritoff", Julio Espejo Asturrizaga.
En 1926, Arévalo ejecuta un intermezzo sentimental. Se casa con la muchacha que es su novia desde hace tiempo, Edelmira Huiman. Es felíz. Puede por lo tanto emprender con nuevos bríos la lucha.
En 1928 existían en Trujillo dos instituciones que atraían por igual el interés del joven mecánico. Una era el Ateneo Popular, que quedaba frente a su taller. La otra era el Club Sport Unión Trujillo, del cual era fundador y dirigente. Un día de 1928, Antenor Orrego se presentó como expositor en el Ateneo. Al final se desarrolló un debate en que intervino, macizamente, un joven que esa noche manifestó a su esposa Edelmira: "he conocido a un gran hombre y me ha manifestado que valgo".
De allí arranca la estrecha amistad entre el crítico y ensayista, y el trabajador manual que se cultiva con ahínco, porque ha comprendido que la cultura es un arma de liberación. Dieciocho años después, en la pequeña revista aprista de Trujillo "Sayari" , que dirigía Abraham Arias Larreta, Orrego publicaría un homenaje en que dice, apretada y certeramente: "Peón de campo en los primeros años de su vida, mecánico experto y calificado, después. Cerebro radiante, perfectamente organizado para la acción y para la comprensión del pensamiento más profundo. Sensibilidad fina y delicada para la capacitación estética, para la percepción de la poesía y del arte. Causa pasmo, si no fuera indicio de una América nueva que está haciendo, el sufrimiento de esta flor exquisita en las entrañas mismas del pueblo".
En 1930, después de muerto José Carlos Mariátegui, se produce la caída del régimen tiránico de Leguía. Es también la época de la gran crisis económica. Las masas se lanzan al combate por una revolución social que no se produce. Hay crisis revolucionaria, pero ella no llega a convertirse en crisis política nacional, debido al sectarismo del partido comunista dirigido por Eudocio Ravines, por un lado, y a la inflexión reformista que Haya implanta en el partido por él creado. Con todo, en ausencia del Amauta Mariátegui, el Apra concentra aluvionalmente la esperanza de los sectores urbanos del pueblo. Haya vuelve de la persecución y del destierro, como un fulgurante apóstol del verbo encendido. Tiene 35 años de edad y una concepción orgánica y organizativa de la política.
CAPTACION PARTIDARIA
Lo primero que hace Haya al retornar al Perú es captar a los elementos universitarios de la reforma, y a los cuadros proletarios, en particular a muchos de los anarquistas que pelearon por la jornada de ocho horas.
Antenor Orrego captó a Arévalo para el Apra. Eran tiempos vertiginosos, que exigían decisiones rápidas. La gran transformación parecía inminente, y no para un grupo de iluminados, sino para la inmensa mayoría del pueblo. Fue así como Arévalo resultó elegido por abrumadora mayoría Diputado al Congreso Constituyente de 1931.
En esos tiempos organizó en la zona cañavelera protestas por las masacres de Oyolo y Malpaso. En los días de la masácre de Paiján -cuyo dolor traspasa el tiempo en los tremolos de un valse hermosísimo-, Arévalo, parlamentario de combate, se enfrentó a los esbirros. En medio de las balas, les exigió detener la matanza. Los campesinos de Paiján se habían rebelado contra los abusos de los señores feudales y de la tiranía.
Poco después, el régimen despótico de Sánchez Cerro expulsó de la Constituyente a 22 diputados apristas y uno descentralista. Los apristas fueron desterrados a Panamá, donde Arévalo consiguió prestamente trabajo como mecánico en el Canal. Pero la tierra peruana le atraía, por virtud de afectos íntimos y ansia de revolución.
No podía olvidar los días previos a su destierro en que con Manuel Barreto, el "Búfalo" (ese gigante rebelde, especie de Bakunin proletario) planeaba el asalto al cuartel O'Donovan de Trujillo. Un día en que se hallaba en Colombia, Arévalo escuchó por radio la noticia de que estaban bombardeando el trujillano barrio de La Unión. Había empezado la revolución de Trujillo. Decidió entrar al Perú clandestinamnente. Corría 1933.
En el Perú, se dirigió al norte. Eran los días de la clandestinidad del Apra. Haya lo nombró secretario general del Comité Regional del Norte y delegado de la Jefatura con poderes especiales. En la lucha ilegal, Arévalo se mostró como un gran organizador. Una red subterránea orquestaba el movimiento de las masas apristas. En esos días acuñó el lema que el Apra haría suyo: Fe, Union, Disciplina y Accion.
La actividad de Arévalo no sólo se ejercía en el norte.Se plasmaba también en Lima, donde solía reunirse, furtivamente, con Haya. El Jefe del aprismo, después de una balacera en que estuvo a punto de perder la vida, pensó en que el joven trabajador manual era el único capaz de reemplazarlo en la dirección, en caso de que él muriera.
FAMILIA E INFORTUNIO
Así consta en el libro "Haya de la Torre y el Apra", de Luis Alberto Sánchez, editado por Editorial de Pacifico en Santiago de Chile, 1955. Una carta de Nicanor Mujíca, compañero de clandestinidad de Haya, lo dice: "Haya de la Torre recibió la noticia del asesinato de Arévalo en su escondite en casa de G.B. "El Viejo" me había manifestado en un momento de angustia, cuando la policía lo cercaba y temía por su vida, que si algo podía valer su voto póstumo, él votaba porque Arévalo fuera Secretario General del Partido, encargándome que lo manifestara así..."
No descuidaba Arévalo la vida familiar. Desde las sombras de su escondite, llegaba en algunas madrugadas hasta su hogar. Acariciaba a sus hijos, entre la noche y la aurora; abrazaba a su mujer, y volvía a sumergirse en el secreto. La "policía secreta" -así llamaban antes a lo que se denomina Seguridad del Estado-, sabidora de su ternura de varón cambativo, maquinó el asesinato de su pequeño hijo Victor Manuel, de siete años. Lo metió en un pozo. Esperaba que el perseguido llegara al velorio.
El régimen de Benavides, que había reemplazado al de Sánchez Cerro, temía a ese hombre inasible que podía organizar huelgas y paros totales en la zona azucarera; que infiltraba periódicos y volantes por todos los poros de la sociedad, y que lo mismo agitaba a un grupo de obreros que dictaba conferencias a jovenes universitarios.
El 1ro. de febrero de 1937 lo capturaron en las inmediaciones de Mansiche. Estaba escondido en un subterraneo. Hubo, parece, una delación.
Quince días lo tienen prisionero allí. Mediante un procedimiento de prodigioso ingenio, establece comunicacion con su esposa. Pronto lo toman en sus manos policías llegados de Lima, que lo introducen en una camioneta. Está esposado y con los pies engrilletados. En el camino se cruza con un camión en el cual viaja Roberto Valdivia, que es su pariente. Arévalo le grita: "avisa a Mila que me llevan a Lima". Y le enseña las manos esposadas. A la altura de Cerro Colorado, son interceptados por otro vehículo policial, cuya tripulación indica que debe llevarse al prisionero. Cumplida la orden, el nuevo destacamento ordena a Arévalo que camine hacia el arenal. Después de un tránsito de pocos metros, le disparan por la espalda. Los soplones Enrique Espantoso, Ricardo Polo y Luis Saldarriaga habían cumplido su misión.
La familia de Arévalo quedó en la más rotunda pobreza, signo de la honradez del mártir.
En los originales de Orrego que Arévalo había estado mecanografiando, se lee: "No se puede plantar hoy la revolución, cualquiera que sea el pueblo de la tierra, desde el punto de vista contemporáneo, si no dentro de los marcos teóricos y prácticos del marxismo" (Pueblo Continente", Pag.117).
Lanzados a la aventura de la imaginación, manejando el azar y sus límites, uno puede suponer que el destino del aprismo no hubiera sido igual al que fué si es que no hubieran muerto hombres de fibra obrera, como Manuel Arévalo o Manuel Barreto.
El hecho de que hombres como ellos amasaron la fuerza y la mística del Apra y que la masa aprista, cada año, se dirige en peregrinación a lo que se ha dado en llamar "El Altar de la Fraternidad Aprista", la tumba del héroe popular. Llegan allí
de Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Casma, Huarmey, Barranca, Pativilca, Haciendas azucareras y Lima. Es gente sencilla, de abajo, que en muchos casos es aprista sólo por tradición familiar. Hasta allá iba todos los años Haya de la Torre, aunque algunos líderes parecen considerarlo hoy un ritual extemporáneo. Pasa con los partidos lo que pasa con los pueblos: pierden la memoria.
Ciro Alegría, que rompió con el Apra en 1948, previa una crítica ideológica tajante, me contó que apenas vuelto al Perú a fines de los años 50, se dirigió a la casa de Manuel Arévalo. Fue a rendirle homenaje a doña Edelmira, la mujer que acompañó a Arévalo, le dió dos hijos y asumió con dignidad todas las consecuencias de pobreza y olvido. Ella preparó a Ciro sus cuyes y su chicha.
Imagino a Ciro bebiendo a poquitos su vaso de chicha cargado de tiempo, de historia, de tristeza y combate .
EL "CUCO" HEYSEN
LEGADO DE UN COMBATIENTE POR LA JUSTICIA Y LA LIBERTAD
Por Luis G. Heysen Zegarra
Nació en Chiclayo el 13 de Julio de 1903, primogénito del matrimonio del inmigrante maestro alemán Louis Heysen Voss con la dama chiclayana Clorinda Incháustegui Quiñones. A sus cinco años murió su padre, forjándose su responsabilidad y su carácter como primer hombre de la casa. Estudió en el Colegio Nacional San José de Chiclayo donde culmina su secundaria becado en 1921.
En 1922 viaja por primera vez a Lima donde ingresó a la Escuela de Agronomía - hoy Universidad Nacional Agraria. Ese mismo año conoció a Haya de la Torre compartiendo inquietudes y propuestas estudiantiles y políticas y entablando una firme amistad. En los históricos sucesos del 23 de Mayo de 1923 contra la tiranía de Leguía que forjaron la alianza obrero-estudiantil, estuvo al lado de Haya, teniendo destacada participación. En 1924, detenido en la Intendencia y en huelga de hambre fue deportado a Chile, de donde siguió a la Argentina, incorporándose a la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Plata y siendo elegido en 1926 Presidente de la Federación Universitaria.

Haya de la Torre escribió desde Oxford al iniciar su Mensaje a la juventud de La Plata publicado en "La Reforma Universitaria", tomo V, 1927:
"Queridos compañeros estudiantes de La Plata:
Desde la elección de Luis E. Heysen para la presidencia de la Federación Universitaria de La Plata, tuve el deseo de escribirles para felicitarles, excluyendo la circunstancia de ser Heysen un compañero de lucha y de destierro, por la práctica demostración de solidaridad latinoamericana que habían dado con esa designación. Aunque sea tarde, insisto en este punto porque si bien Luis Heysen es muchacho de extraordinarias condiciones, la elección de ustedes significaba no sólo un tributo al individuo sino un homenaje simbólico a la juventud estudiantil peruana cuyas vanguardias han sido despiadadamente castigadas por el terror reaccionario que desde Mayo de 1923 ensangrienta al Perú sacrificando obreros, estudiantes, campesinos e intelectuales."

Heysen culmina sus estudios graduándose de Ingeniero Agrónomo con la tesis "Presente y Porvenir del Agro Argentino - laureada y publicada por la Universidad de La Plata. En 1928 viaja a París donde estudió Sociología en la ya prestigiosa Universidad "La Sorbona" y fue Secretario General de la Célula Aprista y del Centro de Estudios Antimperialistas. En 1929 viajó a Alemania donde se encontró con Haya de la Torre y compartió con él la amistad con el sabio Albert Einstein famoso ya por la teoría de la relatividad que Haya magistralmente adaptaría a la filosofía a través de la Tesis del Espacio - Tiempo Histórico.
Retorna al Perú en 1931 y participa activamente en la gesta y acción del Partido Aprista Peruano, así como en la campaña electoral que llevaría a su elección como Representante por Lambayeque al Congreso Constituyente.
El mismo Víctor Raúl, al despedirse de Chiclayo en Julio de 1931 pronunció:
"¡Adiós, pues, compañeros de Chiclayo! ¡Mi despedida emocionada, pero mi llamamiento absolutamente claro! Necesitamos la contribución de todos. La labor de la obra inmediata de nuestro partido exige - lo repito mil veces - sacrificio, esfuerzo, decisión, desinterés, ofrecer a cada uno lecciones individuales y rendición sistemática de todas las fuerzas de la colectividad.
¡Adiós, pues, amigos y continuad en la obra! Ya vendrán otros emisarios del Partido. Ya vendrá Heysen, que es uno de los voceros del Partido Aprista Peruano, que a los veintiún años marchó al exilio. Y cuando vuelva Heysen, que será cuando yo esté muy lejos de aquí, no os olvidéis que viene después de siete años de destierro; que tenía diecinueve años cuando lo vi de frente, tranquilo en medio de las balas, el 23 de Mayo de 1923. No os olvidéis que a su admirable valor moral, aúna una superioridad y una sencillez de hombre grande. No os olvidéis que en Luis Heysen ya no viene sólo el muchacho sencillo, valiente y honesto; vuelve el hombre preparado con conocimientos de verdadero estadista, con los que ha asombrado a los círculos intelectuales de la Argentina, con una admirable tesis sobre los problemas agrarios de esa República."
Desatada la violenta persecusión de Sánchez Cerro contra el Apra y consumado el desafuero de los Constituyentes apristas, Heysen logró eludir todo cerco y no pudo ser preso, ni desterrado como si lo fueron sus demás compañeros. Desde entonces fue líder de la clandestinidad del Partido y arrostrando mil peligros enfrentó a las dictaduras de turno como lo había hecho antes contra Leguía. Por sus hazañas en la lucha clandestina fue considerado como un líder legendario. Perseguido siempre, mas nunca habido, vivió así hasta Mayo de 1945 en que el aprismo reconquistó la legalidad.
Sobre él, Manuel Seoane escribió en la revista Claridad de Buenos Aires en 1938:
"HEYSEN tiene más anécdotas que libros o folletos o discursos. Los amigos olvidan que es ingeniero, pero recuerdan su apodo, "El Cuco". Esto significa que su contribución vital es mayor que su aporte especulativo. Pero lo mayor no es siempre lo mejor. Y en el caso de Heysen ocurre precisamente así.
Tiene fama justificada de valiente, de temerario, de conspirador. Posee una audacia inverosímil para esconderse, burlar la persecusión, cumplir propósitos difíciles: anécdotas. En cambio la gente olvida su capacidad real de doctrinario, sus posibilidades analíticas, su conocimiento veraz de nuestros problemas."

"Sin embargo, ahí está lo mejor de Heysen. He tenido la suerte de conversar con él en horas difíciles y tensas, cargadas de futuro. Y he advertido siempre que "El Cuco" posee una serenidad y visión extraordinarias. Pasta de político hondo, que caracteriza la anécdota pero no descuida la pulpa. Porque la revolución, en su raíz misma, extendida sobre el espacio y el tiempo, es capacidad técnica para transformar un régimen social columbrándolo panorámicamente y dominándolo en todos sus aspectos. Comprensión filosófica. Comprensión política. Comprensión económica. Sin esto hay revoltoso, pero no revolucionario.

Heysen es un hombre integral para su misión. La anécdota lo cubre de una gloria barata que es sin duda inferior a la que le corresponde por aquello que escapa a la anécdota y a toda mesuración; que es como las manos del timonel de un barco, que no pueden contarse con reloj ni están sujetas a salario."
En las elecciones de 1945 fue elegido Senador por Lambayeque, su departamento natal. Al año siguiente contrajo matrimonio con Angélica Zegarra Russo de familia chiclayana, hija de un buen amigo de Víctor Raúl. Declarado el Partido "fuera de la Ley" por Bustamante y Rivero después de los sucesos del 3 de Octubre de 1948, Heysen fue apresado - a pesar de su inmunidad parlamentaria - y al igual que otros Senadores y Diputados, condenado por una Corte Militar a tres años de prisión durante la dictadura de Odría. Cumplida su condena fue deportado a la Argentina donde trabajó como consultor de economía del Ministerio de Hacienda. Un año más tarde se trasladó a Puerto Rico donde laboró como asesor en economía agraria del Ministerio de Agricultura.
Contratado en 1953 por Naciones Unidas para trabajar en la FAO en México, viaja a ese país donde se reúne con su familia y radica hasta 1957. Aprobada la amnistía para los perseguidos políticos por el nuevo régimen democrático, Heysen vuelve a la patria y se desempeña como asesor de estudios técnicos del Ministerio de Agricultura y como catedrático de economía agraria en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de sociología en la Filial de la Universidad Comunal del Centro que sería punto de partida para la actual Universidad Nacional Federico Villarreal.
Continúa Heysen en todo momento su trabajo político partidario con Haya de la Torre y los líderes de la generación fundadora del aprismo. Fue elegido nuevamente Senador por Lambayeque en las elecciones de 1962 anuladas por el golpe militar y otra vez más en las elecciones de 1963, desempeñándose como tal hasta Octubre 1968 en que el golpe militar de Velasco Alvarado irrumpió en la vida democrática de la República. Alternó entonces la vida partidaria con la labor docente universitaria, llegando a ser Decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Rector de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Como masón fraterno, estudioso y dedicado iniciado en 1933 alcanza en este período la culminación de su carrera llegando a ser elegido por tres veces consecutivas Gran Maestre de la Gran Logia del Perú entre 1966 y 1972.
Convocadas las elecciones para la Asamblea Constituyente, ocupó en 1978 una vez más por voluntad popular una curul, teniendo destacada participación en la elaboración de la Constitución de 1979 que presidió Víctor Raúl y que significó el surgimiento a la vida política de Alan García.
La salida del régimen militar de Morales Bermúdez hacia la democracia, encuentra a Heysen siempre en la lucha política y, a pesar de penosa enfermedad, activa y postula nuevamente al Senado de la República. La muerte lo alcanza finalmente a los 76 años, el 16 de Mayo de 1980, dos días antes de la elección que lo hubiera hecho por tercera vez Senador y por quinta vez parlamentario. Culmina así una de las vidas más tenaces comprometidas en la lucha combatiente por la justicia y la libertad.
LHZ.
c. Carlos Manuel Cox Roose
(Nace en. Trujillo , 1902 - m. Lima , 1998 ) fue un abogado , economista y político aprista peruano . Fue uno de los fundadores del partido aprista y su primer secretario general; dos veces diputado constituyente ( 1931 - 32 y 1978 - 79 ), diputado en 1945 - 48 , y dos veces senador ( 1963 - 68 y 1985 - 90 ), llegando a ser presidente de su cámara en 1968. Dirigió en diferentes etapas los equipos técnico-económicos de su partido.
Biografía
Hijo de Guillermo Cox Bueno y Alicia Roose. Cursó estudios en las facultades de Letras (1919 1920) y Derecho (1921-1922) de la Universidad Nacional de Trujillo , y fue integrante del Grupo Norte , que reunía a parte de la intelectualidad del norte del país. Prosiguió sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1924-1926) y la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (1926). Pero no alcanzó entonces a terminar sus estudios debido a su activa participación en los movimientos estudiantiles contra el gobierno de Augusto B. Leguía ; y, desterrado a México , se plegó a las iniciales actividades del APRA fundado por su amigo y paisano Víctor Raúl Haya de la Torre .
Retornó al Perú al producirse la caída de Leguía (1930) y se contó entre los organizadores del partido aprista peruano (PAP), siendo su primer secretario general, elegido en el primer Congreso Nacional partidario realizado en Lima, en agosto de 1931. Por enfermedad, a fines de dicho año dejó el cargo a Luis Heysen .
Optó grado de Bachiller en Letras (1931) en la Universidad de Trujillo. Elegido diputado por La Libertad se incorporó al Congreso Constituyente de 1931, donde secundó la violenta oposición asumida por su partido y en represalia, el gobierno lo desaforó junto con toda la bancada aprista ( 18 de febrero de 1932). Apresado y exiliado, pasó a Chile .
Regresó al Perú cuando se formó el Frente Democrático Nacional que auspició la candidatura presidencial de José Luis Bustamante y Rivero , la que a la postre obtuvo el triunfo (1945). Fue elegido diputado por la provincia de Trujillo ; pero nuevamente hubo de salir al destierro a consecuencia del sangriento motín del Callao del 3 de octubre de 1948 que originó la proscripción de su partido, y el subsiguiente golpe de Estado del general Manuel A. Odría .
Pasó a residir en México, donde efectuó estudios de especialización en la Escuela de Economía de la Universidad Nacional Autónoma . Y al retornar al Perú (1956) asumió la cátedra de Teoría Económica en la Facultad de Ciencias Económicas de San Marcos, y en la Facultad de Letras de ésta optó grado de Doctor en Historia (1957).
Luego fue elegido senador por el departamento de La Libertad para el período 1963-68 (primer gobierno de Fernando Belaunde Terry ), llegando a ser presidente de su Cámara en 1968. Posteriormente fue elegido diputado nacional a la Asamblea Constituyente de 1978-79; y senador de la República en el período 1980-85 (primer gobierno de Alan García ).
Obras
• Los salarios en los ferrocarriles nacionales de México (1931), en colaboración con Jesús Silva Herzog y Manuel Vásquez Díaz.
• En torno al imperialismo (1933)
• Ideas económicas del aprismo (1934).
• Petróleo en Sudamérica (1941), en colaboración con Pedro E. Muñiz.
• Dinámica económica del aprismo (1948).
• Utopía y realidad en el Inca Garcilaso (1965), estudio con el cual optó grado de Doctor.
Además editó “Cartas de Haya de la Torre a los prisioneros apristas”.
Abogado y economista trujillano, es considerado primer secretario general del Partido Aprista; reconocido como tal, por el primer Congreso Nacional del PAP de agosto de 1931. Desterrado o confinado varias veces en el Panóptico de Lima, Cox ha sido Presidente del Senado 1968, constituyente en dos oportunidades: 1931 y 1978. Fundamentó el Congreso Económico Nacional y dirigió en diferentes etapas los equipos técnico-económicos del APRA. Es autor entre otros libros, de “Dinámica Económica del Aprismo” y de “Historia de las doctrinas económicas y sociales”. Además editó “Cartas de Haya de la Torre a los prisioneros apristas”.
“Los grandes problemas nacionales no se pueden resolver sino pensando en grande. El enpequeñecimiento del ángulo de visión de los asuntos públicos conduce invariablemente a una postergación de lo esencial. Si nuestro problema es, fundamentalmente, de auscultación y conocimiento de lo que tenemos y de lo que carecemos, es lógico que la investigación de nuestra realidad sea lo primero en la escala de prioridades”. Dinámica económica del aprismo. 2da., ed., pg. 7
Manuel Seoane

Editado por El Indoamericano en 9:05 AM
Manuel Seoane nació en Chorrillos, el 1 de Noviembre de 1900. Murió antes de cumplir 63 años, en Washington, EE.UU., el 10 de setiembre de 1963.
Amigo personal de Victor Raúl Haya de la Torre, con quien intimó fraternalmente desde los tiempos que ambos eran estudiantes de la Universidad Mayor de San Marcos, Seoane es uno de los fundadores del Partido Aprista Peruano, en 1930.
Desde entonces, hasta su muerte, destacó singularmente como Lider amado por las multitudes. Desempeñó, entre otros cargos del Comite Ejecutivo Nacional, las Secretarías Nacionales de Prensa, primero, y de Política, después.
Durante su último exilio, asumió la Secretaría General de los Comites de Desterrados de Indoamérica, con sede en Santiago de Chile. Padeció destierro varias veces: en Panamá, Colombia, Argentina y Chile.
Hizo sus primeras experiencias periodísticas en Buenos Aires, en la revista "Crítica". En 1931 fundó el diario "La Tribuna", en Lima, cuya dirección ejerció con brillantez. En Santiago de Chile fundó Ia revista "Ercilla". Durante sus destierros, escribió para importantes periódicos del continente, como "El Diario Ilustrado" y "Noticias de Ultima Hora", ambos de Santiago de Chile, y "El Tiempo" de Bogota.
Ha publicado "La Garra Yanqui", "Nuestros Fines, "Nuestra América y La Guerra", ‘Las Seis Dimensiones de la Revolución Mundial", "Temas Económicos", "Las Calumnias contra el Aprismo", "Crédito Externo y Justicia Social", ‘Obras Apristas", entre otros títulos.
Idolo de multitudes, respetado y querido en el PAP, Seoane fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente de 1931, siendo apresado por la dictadura de entonces y expulsado del país con los representantes apristas a esa magna Asamblea. Diputado por Lima, primero; en 1945, Senador de la RepúbIica en las listas del Frente Democrático Nacional, ocupó la Primera Vice-Presidencia de la Cámara Alta. Desterrado en 1948, regresó en 1956, compartiendo con Haya de Ia Torre la fórmula presidencial de las elecciones de 1962, año en que el despotismo de turno le arrebató la Primera Vice Presidencia.
En 1958, y luego en l96l, desempeñó la representación diplomática del Perú en Holanda y Chile. En 1963 fue llamado por la Organización de Estados Americanos y nombrado Embajador itinerante de la Alianza para el Progreso, con cuya investidura recorrió todos los países de nuestra America morena. En el desempeño de este cargo lo sorprendió prematuramente la muerte, el 10 de setiembre de 1963. Traídos sus restos mortales a Lima, el pueblo le tributó fervoroso homenaje en una de las exequias más impresionantes e inolvidables.
TODOS SOMOS UNA HERMANDAD
"Este es un acto que parte y que llega desde y hasta las zonas más elevadas y más profundas que la simple coincidencia ideológica. Ya dije alguna vez, que si nos preguntaran a nosotros, los apristas, qué lazos nos vinculan con más rigor, responderíamos que esta especie de parentesco moral, que nace de sabernos compañeros en una causa que, por sobre todos los requisitos, impone la condición de amor a la justicia y la limpieza en la conducta.
‘Por eso nuestro Partido, como se afirmó desde 1931, no es un club de compadres en busca del Presupuesto Nacional, sino una viva y firme fraternidad moral, nacida del rechazo a las injusticias y del amor a la empresa de transformar las bases materiales y espirituales del Peru, para tornarlo hogar de alegría para todos los peruanos.Y porque nuestro Partido es una hermandad en la lucha, en el dolor y en la victoria, ejercitamos el orgulloso derecho de dar cálida celebración a nuestro hermano mayor. Pues si alguien interrogara por qué damos este extraordinario realce al onoméstico del Jefe, responderíamos que porque él es un guia y un ejemplo, y como es él, tierno y sacrificado hermano de todos, especialmente de los humildes y de los débiles, el dulce pueblo aprista, esta vez sin consulta ni Congreso, por mandato imperativo de abajo a arriba, ha resuelto consagrar, de hoy en adelante, y hasta cuando seamos polvo en viaje a las estrellas, el día 22 de Febrero como el Día Aprista de la Fraternidad.

MANUEL SEOANE
22 de Febrero de 1946
 
Foto histórica: El equipo periodístico fundador del diario aprista La Tribuna en 1931. Están sentados junto a Manuel Seoane (con corbata “michi”), Alcides Spelucín y Luis Alberto Sánchez. Los rodean Manuel Solano, Hugo Otero, Bernardo García, Serafín del Mar, Luis López Aliaga, y otros.

HOMENAJE A LA LEALTAD APRISTA


Homenaje a la Lealtad Aprista

El Secretario General del Partido Aprista Peruano; c. Omar Quesada Martínez encabezo el acto publico realizado en reconocimiento a Grandes Compañeros que son reconocidos por su lealtad y consecuencia a la causa de la justicia social que enarbolara Víctor Raúl Haya de la Torre La Ceremonia se realizo el Sábado 18 de Junio en el Aula Magna de la Casa del Pueblo.

¡Unidos Todo lo Podemos!

Secretaria General Institucional PAP - Dirección de Informática.